miércoles, 26 de noviembre de 2008

ROBAR EN TIEMPOS REVUELTOS

La vida está algo achuchadilla, menos mal que a mi ya me llega la jubilación... Muy buena jubilación. Mis compañeros, todavía han de currárselo, y con los tiempos que corren, los consejos de un viejo pueden ser muy útiles.

Hace unos días en el rincón del bricolaje daba las claves para la "rentabilización" de un servicio público. Hoy en día son cientos los servicios que se desarrollan de este modo pues el ciudadano, no muestra el más mínimo interés por lo que se hace con su dinero.

Los políticos que ya hemos vivido los dos sistemas de gobierno, el anterior y este nos hemos tenido que acomodar y creo que lo hemos hecho muy bien. La transición nos obligó a dotarnos de algo de transparencia, pero las nuevas formas sindicales que nos permiten tener a los líderes a nuestro lado, preocupados por no volver jamás al tajo, y pendientes de nuestra financiación con subvenciones, cursos, etc. los convierte en unos sirvientes muy útiles. Tan sólo hay que encajar que deben hacer su labor cara a sus afiliados y que critican nuestra gestión pero es un mal necesario. Generalmente, los sindicatos son nuestros cómplices en las "rentabilizaciones", ya que de este modo ellos también tienen de este modo unas nuevas empresas en las que desplegar sus comités y sus líos. Sin estos acuerdos y con los trabajadores en contra, nunca podríamos funcionar con tanta autonomía.

Para qué todo esto, pues para que nuestro sueldo y nuestra dedicación gestionando la administración se vea recompensado con algo más que el mísero sueldo de la administración, puesto que se gana más en una empresa privada.

Es difícil meter la mano en el cajón público, tan sólo se puede en los fondos reservados y esto llama mucho la atención. Es mejor hacerlo de forma indirecta. Los empresarios nos ofrecerán todo tipo de prebendas a cambio de una adjudicación, siempre en especie aunque algunos lo hacen en metálico. Ellos prefieren hacerlo en especie por que un ordenador, un coche, mobiliario, viajes etc, les resultan más sencillos de "legalizar", pudiendo incluso facturarlos a la administración como gastos ocasionados en la gestión que se les haya encomendado.

En los tiempos que corren, cuando la inversión pública ha de mover la economía del sector privado con nuevas contrataciones, comienza la primavera para el político robón, un nuevo catálogo de empresas necesitadas que no pondrán objeciones a gratificar la eficiencia de un político hábil. Sólo hay que cortarse un poquito en el gasto, que no ha de ser tan suntuoso como en los tiempos buenos, pero robar, se puede robar incluso en tiempos revueltos...

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